Santeria
Esotérico viene del griego: esoterikós, interior. Hace 2.500 años, este adjetivo se aplicaba a los conocimientos que los filósofos sólo comunicaban a unos pocos discípulos. Muchos de estos conocimientos no se plegaron al avance del pensamiento lógico- científico (saber exotérico) y permanecieron como conocimientos sabidos por muy pocos…o sabidos desde adentro, desde lo interior del ser, como lo indica también la raíz griega éso: dentro.
Dentro y fuera de mí he reconocido muchas veces el saber esotérico. He visto su verdad proyectada al cielo en los monasterios del Tíbet, espejeando reflejos y colores desde las paredes de un harém en la India, en el encaje de las piedras de Machupichu, entre las estructuras del observatorio astronómico de Jaipur, caminando por la muralla China, cru¬cificado por los jardines simétricos del Tahj Mahal o las serpientes de piedra de Teotihuacan.Y en las formas del río. Y en el dibujo de las dunas.
La antigüedad milenaria del saber esotérico se testimonia en la persistente lectura del futuro en las líneas de la mano, la borra del café o la ceniza de un tabaco; en la precisión de los oráculos que se obtienen arrojando tres monedas, ciertos huesos, algunos caracoles. En los resultados de los trabajos de magia, en los milagros de la religión, en las sanaciones del mundo vegetal, en la eficacia de los rezos, los perfumes y los sahumerios. En la ocurrencia y repetición de hechos inexplicables que nutren de alguna manera la sed de conocimientos que el ser humano lleva en el alma de todas esas fuentes se alimenta este Gran Manual Esotérico. Para que algunos sepan. Para que algunos puedan.
Bibiana Luz G.
