Santeria
En África, la deidad regente en una zona estaba ligada siempre al desarrollo socioeconómico de la región, de ahí que sea natural la adoración de Orishas como Inle u Oshosi en zonas donde la caza y la pesca eran el eje central de la economía, o a Oshún en zonas donde el río servía de principal sustento.
En Cuba, este fenómeno no se dio de la misma manera, pero si hay que resaltar que, en el campo, donde la actividad agrícola era fundamental, se desarrolló un cierta proliferación de Orishas relacionados con la tierra; como ocurrió con Yemayá en aquellos lugares donde era el mar el sustento principal de las familias. Pero sobre todo, se dio una relevante importancia a Obatalá, optándose por acentuar su presencia en los ritos de iniciación y creando lo que se conoce como periodo del (l)Yawó, en el que la indumentaria del recién iniciado, durante un año de color, es íntegramente blanco. Este color representa la pureza y la santidad que encierra Obatalá, padre de todos los Orishas, y por ello se reserva para su uso exclusivo.
Así mismo, la persona que recibe, o nace, de otra deidad tendrá que utilizar el color que a ésta le pertenece después del ritual.